—¿Dónde estoy? —se preguntaba desesperado. Quería encontrar respuestas a su reclusión en ese faro. Sus días en soledad le parecían interminables.
Las olas del mar chocaban frente a ese lugar inhóspito que pocos se atrevían a franquear. Murió en el olvido. Tanto que ni siquiera él podía orientarse.
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