Photo by M0rph3u on Foter.com / CC BY-NC-ND |
Su
morada no es más que un montón de cartón y una manta hecha
jirones. Lleno de esperanzas, al entrar a Europa contestó
que quería llegar a Suecia, pero a nadie le importó el tono
de voz con que lo decía. Corre por sus venas sangre real, de
un lugar que ya no existe y que no recogen los libros de historia.
Aquí, su corona de espinas espera una redención que no es
bienvenida.