Propósitos de Año Nuevo


Photo credit: Paolo Neoz via Foter.com / CC BY-NC-SA

-¡Feliz año nuevo! ¡Que todos vuestros deseos se hagan realidad! Mucho amor, mucha salud y mucha paz para todos -así celebraban todos los canales de televisión el cambio de año.

-Ojalá sea capaz de cumplir lo que me he propuesto para este año -les decía a mis compañeras de piso tras el enésimo brindis con champán y el All I want for Christmas is you de Mariah Carey de fondo.

Este año sabía que el listón estaba muy alto en cuanto a mis expectativas, mis propósitos de año nuevo giraban entorno a mi pelo: había decidido poner fin a mis alisados y dejar crecer mi cabello al natural con todos y cada uno de mis rizos. Ganas no me faltaban, llevaba un par de meses viendo tutoriales en Youtube, recogiendo ideas de Pinterest y leyendo blogs de diversos lugares del globo. Nunca pensé que sería tan difícil encontrar información sobre el cabello natural en español. Sabía que la transición sería por etapas por lo que armarse de muy buena paciencia era indispensable. Cortar mi larga pero dañada cabellera era el primer paso y el más doloroso, implicaba crear una nueva yo, redefinir mi aspecto, la percepción de cómo me veía y cómo me veían los demás. Cortarme el pelo suponía reducírmelo hasta dejar únicamente dos dedos de longitud. Claro, pasar de una melena hasta los hombros a casi rapármelo supuso un shock para todos, empezando por mí misma.

-¿Qué te has hecho en la cabeza? Con lo bonito que lo tenías... -me comentaba mi madre tras hacerle una visita pocos días después de reyes.

-Sí, lo sé, me he pasado bastante con el corte pero es necesario si quiero que mi pelo crezca sano y fuerte.

-¿Qué había de malo en tu estilo anterior? -mi madre no entendía por qué quería complicarme con un pelo rizado, algo que ella ya había sufrido en sus propias carnes y que deseaba no volver a repetir al tenerme a mí.

Recibí comentarios también de mis compañeras de piso. Durante los primeros días de enero sólo estaba Paty por casa, pero ese solo fue el inicio del montón de explicaciones que tuve que dar los días y semanas posteriores.

-¿Volver a tus raíces? ¿Qué quieres decir con eso? -me interrogaba Paty con incredulidad, parecía que cuanto más le contaba más quería saber.

-Pues que quiero abrazar mis rizos, tener mi melena al natural sin productos químicos que entorpezcan su crecimiento.

-¡Oh!...¿Pero quieres decir que es necesario? Quiero decir...estabas tan fabulosa con tu peinado de antes -claro, ella no recordaba lo seco que lo tenía tras tres meses sin pasar por la peluquería.

-¿Fabulosa a ojos de quién? ¿De ti o de mí? Nunca lo entenderás Paty, ser natural es más que tener un afro, es aceptarse tal cual una es, ganar confianza en una misma.

-Vaya, no pensé que tu propósito fuera más allá de un cambio físico. Aquí me tienes para lo que necesites Malaika.

-Lo sé Paty, gracias, lo único que sé es que esta transición me volverá loca. Para empezar, la red está plagada de información pero a la vez es tan confusa a veces y tan contradictoria...¡Sobre todo si tu nivel de inglés no es nativo! Se ve que el cabello sea del tipo que sea se clasifica entre los números uno y cuatro, siendo uno pelo liso y cuatro muy rizado y se subdivide a su vez en A, B y C donde C es el nivel más alto. Resulta que lo que le va bien a la que tiene el cabello 3B no le funciona a la del 4B...¡Y ni te cuento los problemas que tengo para reconocer el tipo de melena que tengo yo, parece tan evidente en las otras ¿por qué no en el mío? -mi nivel de desesperación era bastante visible en algunas ocasiones, sobre todo al inicio.

-Tranquila Malaika, tómatelo con filosofía, la terminología nueva resulta difícil al principio, pero después te será muy familiar, ¿o no recuerdas lo difícil que era al principio aprenderse todas aquellas palabrejas de la carrera?

Paty tenía razón, a medida que fui leyendo más y más los nuevos conceptos capilares me sonaban menos raros. LOC, co-wash,sulfatos y parabenos formaban ya parte de mi vocabulario y a cada momento mis conocimientos en materia de cosmética capilar no hacían más que crecer y crecer. En cambio, lo que disminuían eran mis ahorros, cuando emprendí este gran cambio no sabía lo costosos que iban a ser los productos para el cuidado de mi pequeño afro. La cuesta de enero iba a ser muy empinada, teniendo en cuenta que compré un champú de veinte euros y varios acondicionadores para diferentes usos al precio de quince euros cada uno. Tras analizar la categoría en la que se encontraba mi cabello me di cuenta que este era muy seco por lo que había que hidratarlo cada pocas horas y eso suponía gastar toneladas de producto ¿quién me había pedido meterme en este berenjenal?
Por otro lado, aprendí que podía hacerme una infinidad de peinados si seguía paso a paso los tutoriales de Youtube, algo que con el pelo liso no sucedía. Seguir esos breves vídeos (porque yo escogía los de corta duración) muchas veces era un suplicio porque la protagonista del vídeo tenía el cabello más corto o más largo y su tipo de rizo era distinto. Conclusión: nunca obtenía un resultado igual al del tutorial.
Con este nuevo propósito, el baño se transformó completamente. Ahora contaba con más potingues en mi estante y habían más pelos míos por todas partes porque, aunque tratara de limpiar cada vez que entraba, siempre quedaban algunos sueltos por aquí y por allá y cada vez se parecía más al Far West con esas bolas de polvo y restos rodando. Hay que también explicar que el número de minutos que empecé a dedicar a mi cabello creció exponencialmente, pasé de diez a cuarenta minutos que tardaba con este nuevo corte, claro seguir el método LOC, es decir, la aplicación de agua, acondicionador y aceite, parecía tener una duración muy corta en la teoría pero muy muy larga en la práctica.

Otros propósitos que tuve para el nuevo año fueron eclipsados obviamente por esta gran decisión que tomé. Conseguí acudir al gimnasio más asiduamente, no sin antes buscar  en los foros la mejor manera de proteger mi entramado capilar, y cuidar más mi alimentación que costó un poquito más, tanto que al final desistí... Así que como veis, aquel año logré cumplir mis objetivos y sobre todo alinearlos hacia el objetivo final que era siempre el sentirme bien conmigo misma.

4 comentarios:

  1. ¡Hola! Me parece un relato muy interesante y peculiar con una buena moraleja :) Me encanta lo de abrazar las raíces de uno mismo. Estaré atenta a tus próximos relatos del reto, yo también participo y estás más que invitada a pasarte por los míos :) ¡Besitos sonámbulos! ★🌙

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  2. ¡Hola! Muchas gracias por tu comentario, para mí abrazar las raíces es conocerse a uno mismo y aceptarse tal y como se es, pero se trata de un largo proceso equivalente a intentar dejar un pelo rizado largo jaja.

    Justo ayer por la noche dejé un comentario en tu blog, me gustó mucho tu relato.

    Nos vamos siguiendo y ánimo para estas próximas semanas. ¡Un beso!

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  3. Buen primer relato... Siempre es difícil cumplir con los propósitos, de Año Nuevo y en general XD ¡Saludos y ánimo!

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    1. ¡Hola Daniel! Gracias por tu comentario, por lo que a mí respecta, estos retos ya forman parte de mi propósito de año nuevo: ¡escribir más y más! Nos vamos leyendo, gracias por pasarte :)

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