El CCCB ha inaugurado el mes de octubre a lo grande con una serie de entrevistas a personajes relevantes en el marco del título ¿Revolución o resistencia? para celebrar el centenario de la revolución rusa. La verdad es que la temática que engloba el conjunto de charlas que se realizarán este mes es de máxima actualidad aquí en Cataluña. Arundhati Roy visitó Barcelona para presentar su novela The Ministry of Utmost Happiness (en español titulado El ministerio de la felicidad suprema). Con su entrevista nos ha dado a conocer su visión sobre el mundo y en concreto sobre la India.
La invitada al ser preguntada por la celebración del 1-O, dijo que un estado siempre responde con violencia sin importar si la resistencia ejercida por el pueblo es pacífica o violenta. Argumenta que para que el pueblo gane, la resistencia debe ser diversa (haciendo lo que a cada uno se le da bien hacer) ya que no hay una única forma de resistencia vencedora. Una de las frases que quedará de este pasado lunes es que <<the world is a very restless place now>> (el mundo es un lugar menos tranquilo ahora).
Nos
dio lecciones sobre su concepto de lo
que es la novela
novela y el
ser
escritora.
Para ella una novela puede ser sobre cualquier cosa, pero cualquier cosa no puede ser una
novela. La verdad es que esta frase da mucho que pensar.
Además,
nos comentó que hoy en día el escritor es visto como un pequeño
animador
y que poco a poco se ha ido simplificando el concepto de escritor. El
objetivo que pretendía obtener con El
ministerio de la felicidad suprema
era
crear
una novela que pareciera una ciudad y
plasmar su complejidad.
Para ella su novela es una urbe
bajo el agua en la que gente muy diversa habita y que hacen frente a
sus múltiples
adversidades.
Su
ilusión era poder escribir un libro en el cual nadie
pudiera adivinar exactamente el argumento. Este
es uno de los motivos por los que escribir
le hace desenvolverse entre la complejidad
y el lenguaje y está claro que lo consigue con su
narrativa.
Su
novela transcurre en la India de la cual dice que las castas son el
motor que mueve el país desde hace siglos. Aún así
le da a impresión
que los escritores de su
país tratan de eludir este tema en sus obras. Nunca quiso
convertirse en un escritora autómata que escribiera según la
demanda. Tras la creación de El
ministerio de la felicidad suprema
(su segunda novela tras
El
dios de las pequeñas cosas) la dejó guardada en un cajón hasta que finalmente la
desempolvó
para mostrar lo mejor de si misma y de las minorías, que como bien
dice,
en India son cientos de millones de personas.
Siempre
que pensamos en India aparece en nuestro imaginario colectivo la
figura de Gandhi. Me sorprendió que abiertamente declarara
que no era fan de Gandhi, más bien todo lo contrario. Nos contó que
escribió el ensayo
The
Doctor and the Saint
donde
explicaba
que Gandhi empezó su revolución no en India sino en Sudáfrica
donde vivió un buen tiempo. Allí defendió los derechos de los
indios para que los
blancos
les consideraran
superiores
a la población negra. Según Arundhati, en las casas nunca
encontraremos una foto de Gandhi, pero sí en
la oficina de altos cargos de su
país.
¿No os parece curioso ese dato?
En
fin, la
charla con esta autora resultó ser sorprendente para conocer el
pasado, el presente y el futuro de una India que sin duda tiene mucho
que decir en esta sociedad. Por supuesto, la que nos muestra
Arundhati Roy no es la del crecimiento y el progreso, sino la de los
oprimidos que también forman parte de ese motor interactivo y
diverso que hace especial a su país de la cual es una excelente
embajadora.
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