Photo credit: Scrubhiker (USCdyer) via Foter.com / CC BY-NC-SA |
Pasay City es una urbe satélite de Metro Manila que como tal sufre las mismas lacras que su querida ciudad hermana: delincuencia, pobreza y desesperación. Muchos, en su intención de erradicar esta situación, han perdido la vida, pero este no es el caso de Kamote Boy. Él corre, salta y trepa mejor que ninguno y puede con todos los malhechores siempre que le acompañe su muñeco Gusiluz. Así, peluche en mano, se siente capaz de mover las montañas abreñas, pero sin él la oscuridad le aterra, no es capaz de dar un paso en firme, su personalidad se transforma de forma fría y sombría.
Kamote Boy se disponía a luchar de nuevo contra la lacra social, esta vez contra JB Mars, un conocido traficante de shabú (una droga de muy alta adicción). Como muchos otros, Kamote Boy había sufrido en sus carnes las consecuencias de esta substancia y quería sacarla de las calles. JB Mars que se encontraba en el Sari-Sari bar echó a correr nada más ver que el joven se le acercaba, bajó con estrepitoso ruido las escaleras del local para esconderse en la sala oscura donde únicamente podían entrar los clientes si iban equipados con gafas de visión nocturna. Kamote Boy se vio acorralado en ese momento al notar que Gusiluz no estaba consigo, debió caérsele durante la persecución. Se sintió débil, perdido, sin saber bien qué hacer. En ese instante era más John Marc que su alter ego, pero algo dentro de sí mismo le recordó el por qué se encontraba allí. Estaba allí por su madre, que perdió a su marido siendo muy joven por culpa del shabú, por su amigo Alvin, que dejó Pasay City huyendo de la lucha encarnizada contra la droga en la que traficantes y drogadictos eran tratados por igual, y por sus primos pequeños, a los que quería que recordaran la ciudad como un lugar seguro.
Canalizó sus pensamientos hasta alcanzar la fuerza necesaria para darle un derechazo a JB Mars, que se retorcía de dolor en el suelo. Kamote Boy tenía sed de venganza, quería derrotarlo como de verdad se merecía, con la muerte, pero lo que diferencia un héroe de un villano es el corazón, así que dejó atrás su egoísmo y le dio varias patadas con las que sacó a Mars del bar y lo ató a un árbol con un cartel colgando del cuello que decía DRUG DEALER. Los vecinos se quedaron pasmados al ver al amo del barrio en semejante situación, todos sabían a lo que se dedicaba Mars pero nadie tenía el coraje de enfrentarse a él. Por suerte, Kamote Boy estaba allí para defender sus intereses y dejarles claro que todos ellos merecen vivir sin miedo.
El reto de esta semana era complicado la verdad, pero me ha gustado el relato por su brevedad, se presenta la ciuda, el héroe, el enfrentamiento con el villano y el final, ¡saludos!
ResponderEliminar¡Hola! Quería demostrarme que puedo escribir de forma breve de la forma más directa posible. Creo que la dificultad está en que muchos de los héroes que conocemos "trabajan" de noche y que tenga miedo a la oscuridad es como pedirle que vaya sin disfraz. Vamos, que quitas una parte esencial de lo que es un héroe en sí.
ResponderEliminarGracias por pasarte a comentar, nos vemos leyendo. ¡Saludos!