Visita de Chimanda Ngozi Adichie en el CCCB

Chimamanda Ngozi Adichie conversando en el CCCB sobre feminismo y racismo con toques de ironía y humor.


El mes de octubre ha continuado con más visitas. Tras la de Arundhati Roy  el turno era para Chimamanda Ngozi Adichie quien con su actitud divertida y amable llenó de risas y aplausos la sala. La charla se nos hizo muy amena y como no, nos quedamos con ganas de más, pero aquí os dejo las impresiones de un día que tardaré mucho tiempo en olvidar.

Desde pequeña Chimamanda ha sido educada en la igualdad por lo que le fue difícil ser consciente de que existía un doble rasero para los hombres y las mujeres. Cuenta la anécdota que en su casa siempre tuvieron ayuda doméstica, pero que sus padres pusieron especial énfasis en que tanto ella como sus hermanos aprendieran las tareas de casa, pero cuando se trataba de cocinar sólo estaba ella mientras sus hermanos jugaban a la pelota. Ella de mala gana obedecía, pero se preguntaba <<¿por qué no puedo jugar también a la pelota?>>. Otra de las cosas que le decían de pequeña es que debía cerrar las piernas al sentarse y comportarse como una señorita. Para Chimamanda esta segunda anécdota resultó ser un claro ejemplo de que desde pequeñas a las niñas se le les enseña a avergonzarse de su cuerpo.  

En su opinión, tenemos que ser feministas todos y todas para que en el futuro nadie se vea en la necesidad de serlo. Algo que también me marcó fue la frase en la que dijo que los hombres escuchan a los hombres en vez de escuchar también a las mujeres y que necesitamos que los hombres también extiendan el mensaje del feminismo.

Es curioso ver que en África occidental la mujer tenía más poder antes del período colonialista que todos conocemos. La razón que nos da Chimamanda es que la iglesia una vez llegada por ejemplo a Nigeria, tenía bien establecidas las tareas que una mujer debía ejercer. Nos contaba por ejemplo, que ser mujer y escultora no era algo que fuera incompatible antes de la llegada de los ingleses. Sin duda es algo que pocas de nosotras sabíamos sobre la posición de la mujer en tan bello continente. Otra de las frases relevantes de la tarde fue cuando dijo aquello de <<I'm happy of you mosquito because thanks to you they didn't stay>> refiriendose a la época colonial y a la huida posterior de los ingleses de África. Aunque declara que ella no representa a África.

Quiso hablarnos también de la charla que realizó en TED hace unos cuantos años titulado Todas deberíamos ser feministas. Dio la conferencia ante un público totalmente enfocado al mundo africano por lo que no estaba segura de cómo se tomaría la audiencia el discurso que tenía preparado para la ocasión. Esperaba cierta hostilidad ya que como bien dice no puede vivir sin ella ya que siempre espera eso como recompensa a su trabajo. Que Beyoncé utilizara su discurso para su single Flawless no le supuso ningún problema por más que sus conocidos le dijeran que se había equivocado al cedérsela. Piensa que gracias a la canción muchos jóvenes (chicos y chicas) se han parado a pensar eso de <<espera, ¿qué es eso del feminismo?>> y dentro de ellos ha surgido esa curiosidad que opina que es más que buena para la concienciación de este movimiento.

En el tema de racismo, lo que nos deja claro la escritora es que, al igual que su personaje Ifemelu en Americanah, fue consciente del racismo al ir a vivir a Estados Unidos al ver cómo se hacían diferencias entre los afroamericanos (descendientes de esclavos) y el resto de la comunidad negra. Es por ello que al escribir Americanah sintió cierto alivio ya que se sentía libre de expresar sus sentimientos. Nos relató que únicamente sentía mientras escribía y que tuvo momentos mágicos durante su escritura y dejó de ser consciente del tiempo para darse cuenta que sus personajes habían cobrado vida dentro de ella. 
Cuando habla de su país de acogida, Estados Unidos, nos habla de una América fundada en el racismo, en el odio ya que es el idioma del nacionalismo del cual Trump es un ejemplo. Nos dijo que en cambio con Obama uno no tenía que esconder el racismo, pero aquel que pensaba que con él el racismo se acabaría, se equivocaba totalmente.

En su opinión las mujeres negras deben seguir hablando de las dificultades que una tiene para ser equiparada por igual. El feminismo tal y como ella lo concibe no tiene color ya que las mujeres no solo son las mujeres blancas, las mujeres simplemente son mujeres sin importar de donde vengan. Y ante el movimiento feminista no hay que dividir entre blanco y negro porque como dice ella <<life is too short to battle with ghosts>>. Es con el tema del feminismo que confirmó que tiene que hacer uso del storytelling para que sus interlocutores se convenzan de que sí existe. Nos contó también que en el caso de Europa las mujeres de color sufrimos tanto racismo como machismo. En el primer caso, explicaba que para Europa es difícil digerir que hayan negros europeos y que esto tardará en normalizarse.

Por último, pero no menos importante, Chimamanda habló del arte de escribir que para ella es la unión de magia y trabajo, pero sobre todo de trabajo. Ella no tiene ninguna manía al escribir, sino que se siente más bien como una persona normal aunque habitualmente escribe en pijama y de vez en cuando se acerca a la nevera para acompañar esos momentos de soledad con chocolate. Ante la pregunta de si un escritor nace o se hace, nos decía que era una mezcla de las dos cosas ya que por supuesto una puede aprender, dedicar tiempo y sobre todo tener devoción por escribir y tener algo que contar.

Sin duda fue una tarde que me costará tiempo digerir ya que en poco tiempo florecieron sonrisas y carcajadas y seguro que también lágrimas por parte de algunas de las asistentes a tan inspiradora entrevista de esta impresionante escritora que sin quererlo ni beberlo también es una activista a través de sus relatos.

¿Revolución o resistencia? con Arundhati Roy

La escritora Arundhati Roy en su visita al CCCB presentando su novela El ministerio de la felicidad suprema.


El CCCB ha inaugurado el mes de octubre a lo grande con una serie de entrevistas a personajes relevantes en el marco del título ¿Revolución o resistencia? para celebrar el centenario de la revolución rusa. La verdad es que la temática que engloba el conjunto de charlas que se realizarán este mes es de máxima actualidad aquí en Cataluña. Arundhati Roy visitó Barcelona para presentar su novela The Ministry of Utmost Happiness (en español titulado El ministerio de la felicidad suprema). Con su entrevista nos ha dado a conocer su visión sobre el mundo y en concreto sobre la India. 
 
La invitada al ser preguntada por la celebración del 1-O, dijo que un estado siempre responde con violencia sin importar si la resistencia ejercida por el pueblo es pacífica o violenta. Argumenta que para que el pueblo gane, la resistencia debe ser diversa (haciendo lo que a cada uno se le da bien hacer) ya que no hay una única forma de resistencia vencedora. Una de las frases que quedará de este pasado lunes es que <<the world is a very restless place now>> (el mundo es un lugar menos tranquilo ahora).

Nos dio lecciones sobre su concepto de lo que es la novela novela y el ser escritora. Para ella una novela puede ser sobre cualquier cosa, pero cualquier cosa no puede ser una novela. La verdad es que esta frase da mucho que pensar. Además, nos comentó que hoy en día el escritor es visto como un pequeño animador y que poco a poco se ha ido simplificando el concepto de escritor. El objetivo que pretendía obtener con El ministerio de la felicidad suprema era crear una novela que pareciera una ciudad y plasmar su complejidad. Para ella su novela es una urbe bajo el agua en la que gente muy diversa habita y que hacen frente a sus múltiples adversidades. Su ilusión era poder escribir un libro en el cual nadie pudiera adivinar exactamente el argumento. Este es uno de los motivos por los que escribir le hace desenvolverse entre la complejidad y el lenguaje y está claro que lo consigue con su narrativa.

Su novela transcurre en la India de la cual dice que las castas son el motor que mueve el país desde hace siglos. Aún así le da a impresión que los escritores de su país tratan de eludir este tema en sus obras. Nunca quiso convertirse en un escritora autómata que escribiera según la demanda. Tras la creación de El ministerio de la felicidad suprema (su segunda novela tras El dios de las pequeñas cosas) la dejó guardada en un cajón hasta que finalmente la desempolvó para mostrar lo mejor de si misma y de las minorías, que como bien dice, en India son cientos de millones de personas.

Siempre que pensamos en India aparece en nuestro imaginario colectivo la figura de Gandhi. Me sorprendió que abiertamente declarara que no era fan de Gandhi, más bien todo lo contrario. Nos contó que escribió el ensayo The Doctor and the Saint donde explicaba que Gandhi empezó su revolución no en India sino en Sudáfrica donde vivió un buen tiempo. Allí defendió los derechos de los indios para que los blancos les consideraran superiores a la población negra. Según Arundhati, en las casas nunca encontraremos una foto de Gandhi, pero sí en la oficina de altos cargos de su país. ¿No os parece curioso ese dato?

En fin, la charla con esta autora resultó ser sorprendente para conocer el pasado, el presente y el futuro de una India que sin duda tiene mucho que decir en esta sociedad. Por supuesto, la que nos muestra Arundhati Roy no es la del crecimiento y el progreso, sino la de los oprimidos que también forman parte de ese motor interactivo y diverso que hace especial a su país de la cual es una excelente embajadora.