Esta mañana me he despertado con la noticia de que a la
atleta Blessing Okagbare de Nigeria se le ha caído la peluca al
realizar uno de los intentos en salto de longitud en la competición
de la Diamond League celebrado en Oslo este pasado jueves. En un
inicio la historia me ha parecido curiosa hasta tal punto que lo he
compartido por Whatsapp, pero después de minutos mi cabeza ha empezado
dar vueltas alrededor de esta anécdota.
Como gran fan del atletismo que soy, conozco la
trayectoria de Blessing y sería imposible resumirlo sin dejarme ninguna medalla importante en el tintero. Se trata de una
de las atletas africanas más laureadas del momento tanto en cien
metros lisos como en salto de longitud. La pena es que a partir de
ahora se la conozca como la chica de la peluca. Nadie sabe los
sacrificios personales que ha realizado para estar donde ahora está
y a cuánta gente ha dejado en el camino para perseguir su sueño.
Ahora bien, en nuestro subsconsciente quedará grabado que se le
cayó el pelo postizo. Ella misma publicó en instagram el vídeo
del salto con el comentario it is what it is.
Las risas han sido muy generalizadas (incluso yo me he
reído) pero hay que preguntarse ¿por qué nos hemos reído? Ella
tras el salto no hizo ninguna mueca, simplemente esperó a que los
jueces midieran el salto para recoger su peluca y ponérsela de
nuevo. A nosotros de pensamiento occidental nos hace gracia que
alguien lleve pelo postizo ya que pensamos que sólo los calvos
llevan peluca. En África llevar este atuendo es de lo más normal ya que en su imaginario se les ha introducido la
idea de que la belleza perfecta es aquella con piel clara y cabello
liso. Qué casualidad que los que más se ríen de lo que le ha
sucedido a Blessing son aquellos que en el pasado les introdujeron
ese pensamiento a base de desprecios, insultos y superioridad. Ella
sólo está siguiendo los cánones de belleza impuestos desde hace
algunos siglos por los colonizadores ingleses que llegaron a Nigeria.
Por suerte, tras este pequeño percance también he visto muestras de
apoyo hacia a la atleta en forma de comentarios como con o
sin peluca eres preciosa, amamos tu pelo natural
también.
De todo esto, saco la conclusión siguiente: ¿qué más
da cómo lleve el pelo? Es una atleta profesional y competir es su
trabajo, seguramente entrena unas seis horas al día sin contar el
tiempo que pasa en la camilla del fisio, médicos y actos
publicitarios. ¿Qué tiempo tiene para cuidar su pelo natural cuando
más de la mitad del día está haciendo ejercicio? La única opción
que tiene es cuidar su cabello con estilos
protectores y uno de ellos es el uso de pelucas.
Hay que darle normalidad a todas las formas posibles que una mujer tiene de lucir su cabello porque forma parte de nuestra libertad. Reírse de la elección de una cuando tú mismo lo has impuesto en el cine, la moda y la publicidad pienso que es bastante deleznable. Me he sorprendido al ver que la misma IAAF (la federación internacional de atletismo) en su canal de Youtube ha colgado el vídeo, cuando su función debería ser promocionar el deporte y no este tipo de anécdotas que no llevan a ningún sitio.
En fin, lo importante es que ella se lo ha tomado bien y que anécdotas como estas seguirán habiendo, pero lo que debe cambiar en nosotros es no limitarse a reír la anécdota sino ir más allá y comprender el trasfondo de las cosas.
Hay que darle normalidad a todas las formas posibles que una mujer tiene de lucir su cabello porque forma parte de nuestra libertad. Reírse de la elección de una cuando tú mismo lo has impuesto en el cine, la moda y la publicidad pienso que es bastante deleznable. Me he sorprendido al ver que la misma IAAF (la federación internacional de atletismo) en su canal de Youtube ha colgado el vídeo, cuando su función debería ser promocionar el deporte y no este tipo de anécdotas que no llevan a ningún sitio.
En fin, lo importante es que ella se lo ha tomado bien y que anécdotas como estas seguirán habiendo, pero lo que debe cambiar en nosotros es no limitarse a reír la anécdota sino ir más allá y comprender el trasfondo de las cosas.
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